lunes, 22 de agosto de 2011

Malestar en Camino Suárez (La Opinión de Málaga)

Malestar en Camino Suárez

Comerciantes de la zona recogen firmas contra la iniciativa del Ayuntamiento de catalogar la vía como Red Básica

   
 
 
 
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ROSALÍA ROMERO El descontento entre los vecinos de Camino Suárez salta a la vista cuando se pregunta por el aparcamiento. A pesar de que el Ayuntamiento de Málaga catalogó la calle como red básica (es decir una vía donde no se puede aparcar ni estacionar para mejorar el flujo del tráfico) hace alrededor de cinco años, todavía hoy a los comerciantes les escuece. Allá donde hay actividad comercial, suele aparecer la doble fila, y Camino Suárez es un buen ejemplo de ello. Un centenar de comercios se ven afectados diariamente por la puesta en marcha de esta iniciativa, muy arraigada en la capital malagueña con el objetivo de acabar con la molesta e incómoda «doble fila». Lo cierto es que los comerciantes son los que salen peor parados.

Las principales quejas de los vecinos radican en la reducción de ventas que está suponiendo para sus negocios la implantación de la red básica. Algunos aseguran haber perdido hasta un 40 por ciento de los ingresos durante los últimos años.

«Antes venía muchas más gente porque podían parar un momento para realizar pequeñas compras. Ahora, sin embargo, muchas personas ni siquiera se paran y otras lo hacen sólo un momento para adquirir lo imprescindible e irse rápidamente», señala Meiy Uxia, dueña de un Bazar chino.

En este sentido, se pronuncia también Joaquín Ramírez, propietario del bar Hermanos Ramírez, quien no duda en resaltar las dificultades que tiene diariamente para descargar la mercancía. «Me ponen multas cada dos por tres, porque necesito detenerme en la calle para poder descargar la mercancía, ya que la zona habilitada para ello sólo tiene capacidad para tres vehículos y está siempre llena», argumenta.
De este modo, los comerciantes alegan que tienen «serias dificultades» con los proveedores, quienes «por temor a una posible multa ya no se atreven a parar en la calle». Los proveedores «no nos quieren traer las cosas», porque en esta calle «nunca hay aparcamiento y para descargar tenemos que ir muy lejos», afirma indignado Victor Torés, dueño de una tienda de animales.

Estrés

No obstante, el descenso en las ventas no es lo único que preocupa a los vecinos y comerciantes de esta barriada malagueña. El estado de «ansiedad» en el que trabajan diariamente los profesores de la autoescuela Trinidad es sin duda lo que peor llevan. «Cada vez que tengo un cambio de clase, es decir, cada 45 minutos, sé que no voy a encontrar sitio para aparcar y al final nos vemos obligados a detenernos en plena calle, preocupados constantemente por si viene la policía», asegura Virginia Collazos, profesora de autoescuela Trinidad, quien añade: «es indignante que nos pasemos toda la mañana en el coche y ni siquiera tengamos un minuto para ir al servicio como cualquier otro trabajador».
«Estoy estresado en mi trabajo. Llego de dar una clase y, después de dar mil vueltas por el callejón, no tengo sitio para aparcar un minuto y dejar a mi alumno. Al final, no tengo más remedio que detenerme en plena calle y rezar para que no aparezca la policía», añade Paco Florido, director de la autoescuela.

En este sentido, comentó que los profesores de la autoescuela han llegado a recibir hasta un centenar de multas por parar «durante un tiempo inferior a un minuto», muchas de las cuales «están recurridas en el Ayuntamiento».

Sin embargo, también hay quien encuentra aspectos positivos a la odiada red básica. «Como usuaria considero que es normal que se haya puesto la red básica porque es molesto que en una calle de tres carriles dos de ellos estén siempre ocupados. De lo contrario es imposible facilitar el flujo del tráfico», señala la farmacéutica Regina Ramos.

«Yo no he notado mucho el descenso de las ventas, porque la clientela suele ser gente del barrio», explica la farmacéutica, quien no obstante apunta que «es cierto que los clientes que vienen en coche y se detienen en la calzada «han llegado quejándose porque les han puesto más de una multa».

Recogida de firmas

Ante este panorama, el director de Autoescuelas Trinidad ha iniciado una campaña de recogida de firmas con el fin de reivindicar «el derecho a parar durante dos minutos», tiempo necesario para llevar a cabo el cambio de un alumno a otro. Igualmente, los vecinos piden más zonas de carga y descarga y vigilancia para «evitar que siempre estén ocupadas por los mismos vehículos» y facilitar así el movimiento. Una iniciativa que según los vecinos será «secundada por todos» en señal de protesta por lo que para muchos supone una medida cuyo único fin es «el afán recaudatorio».

Los empleados de la autoescuela Trinidad reconocen que los conductores han llegado a recibir durante los últimos años hasta un centenar de multas por parar «durante un tiempo inferior a un minuto».

Recurren hasta medio centenar de multas


Los trabajadores han presentado más de cincuenta recursos de multa ante el Ayuntamiento de Málaga ante la disconformidad con estas sanciones.

Asimismo, aseguran que la Policía Local les han impuesto multas por estar parados «simplemente» el tiempo en el que una alumna se subía al vehículo y se abrochaba el cinturón.

De este modo, afirman que sufren «ansiedad y estrés» mientras realizan su trabajo ante el temor de de recibir sanciones. «No tenemos derecho ni a parar un segundo para ir al servicio», señalan.