domingo, 4 de abril de 2010

Málaga suspende en zonas verdes (Diario Sur)

Málaga suspende en zonas verdes

El ratio actual de 6,3 m2 de zona verde por habitante no alcanza ni el mínimo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud

04.04.10 - 02:06 -
Sólo Campanillas y el distrito Centro llegan a la tasa de 10,4 metros exigida por la LOUA
Málaga sigue estando muy verde en dotación de zonas ajardinadas. La explosión de ladrillo y cemento registrada en las últimas décadas no ha ido acompañada de una apuesta decidida por espacios al aire libre que sirvan de esparcimiento a los ciudadanos; un déficit que juega en contra tanto de la sostenibilidad del territorio como de la calidad de vida de los habitantes. Y es que la cuestión no es baladí. Como advierten los ecologistas, los árboles tienen «un elevado valor multifuncional». No sólo vertebran lugares de ocio. Su importancia va mucho más allá. Contribuyen a la regulación del ciclo del agua, protegen las tierras de inundaciones, frenan los procesos de erosión y desertificación, generan oxígeno y ayudan a salvaguardar la biodiversidad de especies de fauna y flora.
Sin embargo, y pese a su importancia, en la paleta del paisaje urbano de Málaga sigue predominando la tonalidad gris. Si bien es cierto que en los últimos años se ha dado un salto considerable, también lo es que el ratio de metros cuadrados de zona verde por habitante -cifrado en 6,3 por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU)- se mantiene muy por debajo de los 15 m2 recomendados por la Unión Europea, donde la media ronda los 20 m2.
Estamos pues muy lejos del viejo continente y, lo que es más preocupante, ni siquiera alcanzamos el mínimo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud, que establece en nueve metros cuadrados por vecino el umbral de masa arbolada requerido para que un territorio sea saludable. Pero el listado de suspensos no acaba aquí. Queda sumar un tercer 'necesita mejorar' que procede de nuestra propia comunidad autónoma, ya que la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) exige que se garanticen los 10,4 metros cuadrados por residente, una meta que desde el ayuntamiento prevén que sea una realidad en 2016, según los cálculos del OMAU.
Mientras tanto, la ciudad se asfixia. Así se recoge en el propio estudio realizado para la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Málaga. Dicho documento reconoce que los espacios verdes son «imprescindibles para el bienestar físico y emocional de las personas», pero admite que existe un «déficit» de zonas verdes en barriadas con alta densidad de población como es el caso del área de la prolongación de la Alameda, que abarca Cruz del Humilladero, Carranque y Los Corazones.
Los barrios más castigados
La estadística que maneja el OMAU señala que Puerto de la Torre (con apenas 1,20 metros cuadrados de zona verde útil por habitante) es el que tiene menos jardines. Le siguen el sector Rosaleda (Trinidad, Carlinda y Miraflores de los Ángeles) y la ya citada Prolongación de la Alameda, auténticos bosques de hormigón con ratios irrisorios del 1,5 y 1,8 respectivamente. En este escenario, tan sólo dos distritos están dentro de los márgenes que dicta la LOUA. Es el caso de Campanillas y del Centro. El primero encabeza el podio con 32,9 metros cuadrados por vecino; un índice al que sin duda ha contribuido la reciente inauguración del Parque Lineal, un espacio destinado al ocio y el esparcimiento que cuenta con una superficie de dos hectáreas con más de 300 árboles y 21.000 arbustos.
En el caso del Centro se dan varias circunstancias. Por un lado, la presencia de entornos como El Parque, Gibralfaro o los jardines de Pedro Luis Alonso que tiran al alza de la estadística. Y, por otro, el hecho de que tenga pocos residentes (poco más de 80.000 según el padrón). Ambos factores elevan el ratio verde hasta los 11,37 metros cuadrados, el segundo más alto de la ciudad. Eso sí, esta clasificación en la tabla no está exenta de polémica. No en vano, son muchos los expertos que piden que no se contabilice áreas como el Parque a la hora de efectuar las mediciones.
Entre ellos se encuentra Saturnino Moreno. A juicio del director del Observatorio Provincial de Sostenibilidad (proyecto promovido por la Diputación Provincial, la Universidad de Málaga y la Junta de Andalucía), la consideración de zona verde debe cumplir unos criterios de tranquilidad, niveles de ruido y, sobre todo, estar fuera de la dinámica del tráfico, «algo que no ocurre en el Parque de Málaga», puntualiza.
En este sentido, Moreno lamenta que el propio concepto de espacio verde se haya desvirtuado, «ya que muchos de los que se cuentan como tales ni siquiera están insertados en la trama urbana» critica al tiempo que habla de «grandes carencias» y tacha de «pésima» la distribución de las verdaderas áreas ajardinadas. «Por desgracia estamos muy lejos de ser una ciudad sostenible», añade.
En la misma línea se expresa María del Mar Trigo, directora del grupo de aerobiología de la Universidad de Málaga. Al valorar la dotación de espacios verdes de esparcimiento ciudadano utiliza los términos «insuficientes y mal repartidos». Su alegato se centra en que lo ideal es que cualquier malagueño pueda disfrutar de un 'oasis vegetal' sin necesidad de desplazarse más de medio kilómetro desde su domicilio, «algo impensable en barrios como Ciudad Jardín o Pedregalejo», apostilla. «Falta una apuesta por los pequeños jardines de cercanía, unas áreas con gran impacto en la calidad de vida, como han demostrado diversos estudios científicos», sentencia para, acto seguido, reivindicar que no se valore como zona verde urbana una mediana sembrada con palmeras, un parque periurbano como El Morlaco o un recinto de pago como La Concepción.
Si se restan estos enclaves, el panorama es aún más desalentador. «El problema es que no ha habido una previsión y esa mala gestión es ahora difícil de arreglar. Se ha especulado demasiado con el suelo», indica Trigo, quien se queja además de la falta de cultura ecológica. «Estamos a gran distancia de Europa, no sólo porque no ponemos en valor estos espacios sino porque tampoco los tenemos bien cuidados. Sólo se les hace una mera labor de mantenimiento pero no hay un buen calendario de plantación», concluye.
Muy lejos de Vitoria
Son muchas las voces que coinciden en que la ciudad necesita que haya una masa verde más densa para absorber los ruidos, depurar el aire, regular el clima y satisfacer las necesidades de ocio de los malagueños. El portavoz municipal del grupo de Izquierda Unida, Pedro Moreno Brenes, recalca que es «fundamental» que se aumente tanto el ratio por habitante como la calidad de estos espacios ya que, según precisa, Málaga no llega a tres metros cuadrados de zona verde por habitante si se obvian del cómputo las áreas verdes periurbanas como los Montes o La Concepción, «mientras que Vitoria alcanza los 21 metros cuadrados», sostiene.
A nivel nacional Vitoria puede presumir de ser la ciudad más sostenible en equipamientos verdes seguida de Logroño (18,3), Pamplona (16,9), Madrid (15,9) o Santander (14,9). En Europa, Bruselas es el mejor referente, con la friolera de 40 metros por cabeza. Las comparaciones, como advierte el refrán, son odiosas. Eso sí, todo depende del referente y, en esta línea, el director del OMAU (Observatorio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga), Pedro Marín, prefiere contrastar la tasa de Málaga (6,3) con la de otras grandes ciudades como Barcelona (7,7), Valencia (7,31) -«ambas con índices parecidos al nuestro»- o Sevilla, «a la que incluso superamos con un 5,35».
Fuerte evolución al alza
Siguiendo con el optimismo, Marín anima a ver el vaso «medio lleno» y recuerda que, pese a que el ratio de 6,3 metros cuadrados por habitante de zona verde útil es la mitad de lo que recomienda la OMS, Málaga ha experimentado un importante avance en la última década. «Si se echa la vista atrás, en 1995 había 1,3 metros cuadrados por vecino, una cifra irrisoria que hemos multiplicado. Aún no estamos en los 15 metros ideales que plantea la UE, pero tenemos ratios similares a otras grandes urbes y, además, el 60% de la población puede disfrutar de un espacio verde a menos de 300 metros de su domicilio», defiende.
Números aparte, lo verdaderamente importante es la incidencia de estas cifras sobre la salud. Al respecto, Francisco Casas -presidente de la Asociación de Neumólogos del Sur (Nemosur)- insiste en que las enfermedades respiratorias tienen mayor prevalencia en áreas donde hay más contaminación, una circunstancia estrechamente ligada a la presencia de zonas verdes, «que son el pulmón de las ciudades», indica, «ya que depuran el aire mejorando su pureza». En este sentido subraya que la recomendación de la OMS no es arbitraria, «sino que marca los niveles por debajo de los cuales se generan efectos dañinos sobre la salud».