Miedo a diario en el recreo
La obra junto al colegio lleva parada diez meses y y temen que una grúa pueda desplomarse
IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA Los alumnos del colegio San José Obrero, en la Granja de Suárez, salen cada día al recreo con miedo. El viento azota una grúa cuyo contrapeso pende sobre sus cabezas, como si fuera la espada de Damocles. La estructura lleva abandonada diez meses, el mismo tiempo que hace que quebró la empresa que llevaba a cabo los trabajos de construcción de unas viviendas en un solar anexo, paralizando las obras y dejando la instalación montada, al albur de las inclemencias del tiempo y sin ningún tipo de puesta a punto o medidas de seguridad.
Si temor tienen los alumnos, más miedo tienen sus padres, que junto a la dirección del centro, denunciaron en septiembre a la junta de distrito Bailén-Miraflores esta situación, que tanto les angustia. "Nos han dicho varias personas que la grúa puede caerse en cualquier momento y, si esto ocurre, se desplomaría sobre el patio", explica Francisco Vela, portavoz de la asociación de padres.
La denuncia presentada hace seis meses incluía también anomalías en el vallado y el peligro que existía de que, en la cimentación de la obra, pudiera caerse algún viandante a una profundidad de unos cinco metros.
Según informa, y como prueba a través de documentos, el Ayuntamiento, al día siguiente de recibir esta reclamación, envió a técnicos de Urbanismo a realizar una inspección de la zona y dictaminaron el cierre efectivo de la obra, "debido a la urgencia por el peligro que supone mantener el vallado en su estado actual y, a su vez, propone ordenar a la propiedad la retirada de la grúa del interior de la obra", se puede leer en la resolución.
La orden fijaba un plazo de ejecución inmediato para el inicio de estos trabajos. Es más, como tenía que hacerse en 24 horas, la disposición de Urbanismo preveía que esta labor la realizara, como responsable subsidiaria, la entidad de ahorro que había concedido el préstamo a la constructora, que sólo arregló el vallado, porque seis meses después la grúa sigue donde estaba, moviéndose según los caprichos del viento. "Lo estamos pasando muy mal, sobre todo porque este invierno está siendo muy lluvioso y ha habido días de grandes rachas de viento que provocaban que la grúa se moviera mucho e hiciera mucho ruido", concluye Vela.Alumnos. La grúa está abandonada sobre el patio del colegio. arciniega
