jueves, 15 de octubre de 2009

El alcalde aplazará el desalojo de la Casa Invisible (La Opinión de Málaga)

El alcalde aplazará el desalojo de la Casa Invisible

En su encuentro con las asociaciones de vecinos afirmó: "Soy el alcalde que menos cobra"

 
 
 
El alcalde, Francisco de la Torre, responde a los vecinos en el Teatro Echegaray.
El alcalde, Francisco de la Torre, responde a los vecinos en el Teatro Echegaray. Gregorio Torres

LUCAS MARTÍN. MÁLAGA Una silla solitaria, casi lorquiana y el alcalde en un lateral, dado a las virtudes de la luz anaranjada, de poso cercano, del Echegaray. Así empezaba la nueva edición de la versión local de ´Tengo una pregunta para usted´, el popular programa de la televisión francesa, que cada vez que se provincializa, al menos en Málaga, adquiere un grado de veteranía y experiencia que ya quisiera para sí el remedo de Lorenzo Milá: el de su público, dominado por una media de edad serena y espiritualmente joven, aunque, eso sí, avanzada.
La convocatoria de ayer, que concitaba al tejido asociativo de la ciudad no modificó el perfil del aforo. O la juventud de Málaga está en otras cosas, que también, o no les interesa batir su retórica con el estilo, sobrio, de Francisco de la Torre. Quizá sea por eso que el programa, que se prolongó casi dos horas, estuvo presidido por una tibieza y una molicie apenas alterada durante el turno de preguntas adicionales, que, dicho sea de paso, tampoco fue Cartago.
Aun así el cuestionario resultó sorprendente. En plena sacudida económica, apenas hubo preguntas sobre empleo o exclusión social. Únicamente una mención a la deuda pública y otra al sueldo de los cargos municipales. En esta última, De la Torre se ejercitó en un discurso más directo y sentencioso de lo habitual. Dijo que él si ha sido capaz de congelar los salarios, en referencia a las sociedades ligadas a la Junta y habló de una autoridad moral labrada a golpe de contención. "Soy el alcalde que menos cobra", señaló.
Sus palabras suscitaron una corriente de aplausos. Incluso sus concejales animaron su poética dactilar, preocupada hasta ese momento por las necesidades telefónicas. El resto vino en el análisis de la situación de la Casa Invisible, un asunto que desazona sobremanera a las agrupaciones de jubilados, a juzgar por su reacción en el momento en que el alcalde insinuó la posibilidad, sensata por otra parte, de cobrarles el recibo de la luz. Sólo faltaron vítores y guirnaldas.
De la Torre adelantó que apuesta por una solución poco traumática y que sus directrices se centran actualmente en aplazar la orden de desalojo, que, en principio, se tenía que hacer efectiva la próxima semana. Insistió en que nunca ha defendido el desahucio, pero sí la regulación de sus actividades y la implicación del resto de instituciones. "Ahora, si el espacio es de todos, porque ellos tienen que gestionarlo? ¿Porque lo ocuparon ilegalmente?", dijo.
También formó parte del encuentro el inventario de disputas con la Junta de Andalucía y el Estado, instituciones a las que acusó de no implicarse económicamente en los proyectos de Málaga y taponar la descentralización de recursos a las administraciones locales. Del paro, la marginación, nadie dijo una palabra.