Las denuncias de ruido siguen saliendo del Centro Histórico
La asociación de vecinos del Centro Antiguo presentó ayer 63 denuncias por la escandalera que se sigue padeciendo en la zona
ALFONSO VÁZQUEZ Hace unos días, un grupo de homúnculos se introdujo en el portal de un bloque de pisos de la calle Beatas y aparte de escenificar una juerga nocturna, dejaron como recuerdo todas las cartas del correo rotas en pedacitos (una práctica por cierto que también les encanta a los chimpancés).
Los vecinos del Centro se merecen una medalla al valor y al aguante. Por el momento, se están organizando por zonas para entregar denuncias de ruido al Ayuntamiento. La última entrega, ayer, la de la zona de calle Beatas, que dejó para el recuerdo 63 denuncias por escandalera. Se dice pronto.
También ha levantado ampollas la instalación de un contenedor subterráneo junto a la calle Beatas, parada primero tras las quejas de los vecinos (pues entienden que ya hay suficientes en la zona) y luego continuada sin más.
Mientras tanto, la asociación de vecinos del Centro Antiguo sigue denunciando que la práctica del botellón continúa en plena forma, a pesar de las cifras oficiales, contabilizadas seguramente por vecinos que no viven y padecen en la zona.
A la práctica del botellón hay que sumar la que sigue ´generando´ (el verbo favorito de los políticos) la movida en sí. La presidenta de la asociación de vecinos, María José Soria, resumía muy bien la situación: "Aquí hay que tener una paciencia de santo porque el ruido no se acaba".
Los vecinos se temen que la fiesta de los tambores de Calanda se quedará chica para lo que les queda en el puente de Todos los Santos, plagado, gracias a Hollywood, de vampiros, brujas y hombres lobo con ganas de aullar todo lo que se tercie.
"Tienen que hacer algo, mirar para otro lado no vale", es el mensaje que la asociación lanza a los políticos malagueños. La contaminación acústica sigue en la cresta de la ola y los botellones, ´haberlos haylos´. Si a esos sumamos que por la mañana las obras del plan Zapatero avanzan al mismo ritmo que el telar de Penélope, obtendremos un panorama digno de estos días ´chungos de´ ´Halloween´.
En líneas generales, vivir en el Centro sigue siendo muy complicado y de jueves a domingo, hasta traumático.
El amerizaje
A las seis de la tarde la luz empieza a declinar en la Laguna de la Barrera pero la asistencia de padres con sus niños está al máximo porque el espectáculo no es para menos: un centenar de gaviotas acude con puntualidad para ´repostar´ en el centro, dando vueltas en círculo como si pidiera permiso para amerizar.
Los patos, ajenos a la operación, prefieren concentrarse a los pies de la escalera y recibir la comida de los visitantes. Un espectáculo precioso.
Millenium malagueño
Preguntó un lector hace unos días en una librería: "¿Tiene el libro de ´Los hombres que quemaban a las mujeres con una caja de cerillas´? Auto-refrito.
