Juego a tres bandas en Velázquez
La Junta y el Ayuntamiento ya negocian una solución para semipeatonalizar la Carretera de Cádiz y el bulevar sobre el soterramiento, aunque queda por escuchar al Gobierno central
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA La reforma de la Carretera de Cádiz y de los terrenos ganados tras el soterramiento del tren llevan el camino de convertirse en uno de los mayores dolores de cabeza políticos de la ciudad, quizá sólo superado por la (cada vez más) peregrina idea de cubrir el cauce del Guadalmedina. Tras las fuertes diferencias entre la Junta y el Ayuntamiento sobre el diseño futuro de la avenida Velázquez, ambas administraciones se han sentado a negociar una solución, como mandan los cánones del decoro. Eso sí, ambas hablan de la posible reducción del tráfico en una carretera que sigue siendo competencia del Estado y que tendrá algo que decir, pese a que nadie le ha preguntado todavía.
1.Antigua N-340
Aunque en el callejero municipal aparece como avenida Velázquez, la antigua Carretera de Cádiz todavía sigue adscrita a la red estatal de carreteras como la autovía urbana MA-21, antes conocidas como N-340. El tema de la titularidad viene a complicar un poco más el proyecto de la reforma de su diseño, con la proyectada reducción del tráfico o casi semipeatonalización. No parece muy buena idea que la Junta y el Ayuntamiento cierren una solución sobre la reforma de la avenida Velázquez sin contar con el 'propietario' de la carretera, es decir, el Estado. Ahora, como mucho, tendrían competencias para cambiar el acerado, pero nada de tocar la capacidad de la carretera. Al menos hasta llegar a un acuerdo para que la titularidad pase al Ayuntamiento como una calle más.
2. Cesión
La cesión de la titularidad de una carretera no es un proceso sencillo. No basta con un apretón de manos y unas palmaditas en la espalda. El Ayuntamiento estaría en su derecho de pedir que esté en perfectas condiciones antes de recibir la titularidad de esta vía. Es decir, que el Estado invierta un dinero que ahora no tiene, ya que está en plena fase de austeridad presupuestaria motivada por la crisis económica. Pero antes, hay que realizar todo un complejo expediente administrativo que debe ser aprobado en el Consejo de Ministros, que justifique que la mayor parte del tráfico de la carretera sea urbano y que haya otra alternativa con un mejor nivel de servicio. Parece que la construcción del bulevar podría servir de excusa para proceder a la conversión de la avenida Velázquez en un vial urbano y, por supuesto, reducir su circulación.
3. Dinero
De resolverse los problemas administrativos, quedaría por solucionar el entuerto económico. El Estado debería de invertir para dejar la Carretera de Cádiz en buenas condiciones antes de la cesión. Pero ese dinero no tendría mucho efecto en tanto que la idea de la Junta y del Ayuntamiento es remodelarla para darle un nuevo diseño. Aquí entra un elemento en el que el Ayuntamiento de Málaga lleva insistiendo desde hace tiempo: la famosa rotonda de enlace entre el futuro bulevar sobre las vías y la ronda Oeste. Ésa podría ser la moneda de cambio para la negociación con el Gobierno.
4. La rotonda
El proyecto del bulevar, que se negocia con la Junta como parte de una misma intervención junto a la avenida Velázquez, aspira a ser la llave para permitir la entrada y salida de los vehículos de la ciudad y darle verdadera utilidad como alternativa potente a la Carretera de Cádiz. Precisamente el Ministerio de Fomento prevé construir un carril reservado para autobuses y coches con más de dos ocupantes en la ronda Oeste y que desemboque en el futuro bulevar. El Ayuntamiento insiste en que, como se va a hacer este carril, habrá que ejecutar la conexión mediante una rotonda de la que nadie tiene un plano.
5. Bus-VAO
El carril bus-VAO es otro elemento en este complicado puzzle de piezas que deben encajar pese a las diferencias de criterio existentes entre las administraciones. Este carril reservado de 4,8 kilómetros ya dispone de financiación en los Presupuestos Generales del Estado para su ejecución a lo largo de 2010, con una partida de 1,8 millones de euros. Su construcción busca aligerar de tráfico pesado la ronda Oeste. El proyecto consiste en la construcción de un carril adicional, en el centro, desde el Palacio de Congresos de Torremolinos hasta el enlace con el futuro bulevar, que ahora no existe. Esta baza es la que puede jugar el Ayuntamiento para conseguir que el Ministerio de Fomento se implique en esa doble vía: ceder la titularidad de la avenida Velázquez al Ayuntamiento por ser una vía urbana y que construya la rotonda de conexión como compensación.
6. Reuniones
Mientras tanto, la Junta y el Ayuntamiento parecen que han encontrado una extraña calma 'zen' con la llegada de la nueva consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, que ha conseguido aplacar la agria polémica entre estas administraciones mediante su oferta de diálogo. Queda por ver si el Ministerio de Fomento también está dispuesto a colaborar en esta carambola política, necesaria para desbloquear un ambicioso proyecto que regenerará uno de los distritos más castigados de la ciudad.
