Vecinos denuncian la retirada de 'uralita' sin medidas de seguridad
Advierten que los trabajadores de la empresa subcontratada por el Ayuntamiento en la barriada de García Grana no cumplen con los puntos exigidos por la ley
Raquel Garrido / Málaga | Actualizado 26.11.2009 - 01:00
Una vecina denuncia que las placas de uralita de los bloques de García Grana se están quitando sin seguridad.
Trabajaban sin las medidas de seguridad exigidas por la legislación a la hora de manipular placas de amianto, conocidas popularmente como uralita por ser su marca comercial, en los antiguos edificios de García Grana, una obra subcontratada por el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) y que los vecinos han denunciado en varias ocasiones al Ayuntamiento de Málaga por el peligro que supone para la salud. La última vez fue sólo hace sólo unos días, por lo que técnicos municipales visitan diariamente la obra para evitar que vuelva a incumplirse la normativa.
Pero los vecinos de la zona aseguran que, a pesar de que el pasado viernes el Ayuntamiento de la capital paralizó la obra tras comprobar que algunos trabajadores de la empresa Retamero no cumplían con lo exigido por la ley, ayer se reanudaron los trabajos y "ninguno llevaba mascarilla ni ropa especial". Es la tercera vez que la asociación de vecinos Záncara pone en conocimiento del Ayuntamiento una situación que su presidenta, Rosa Meléndez, considera "irregular" y que se repite desde que en verano comenzaron los trabajos de la segunda fase de desmantelamiento de los antiguos edificios de García Grana.
Lo mismo ocurrió en 2004 cuando esta misma empresa, subcontratada también por el IMV para retirar los tejados de amianto de los primeros bloques que fueron demolidos en la zona, fue denunciada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ante la Fiscalía y la Inspección de Trabajo y sancionada con 35.000 euros por no cumplir con las medidas de seguridad que fija la ley para los trabajadores. El concejal de Vivienda, Diego Maldonado, aseguró que tras la denuncia del viernes se ha obligado a la empresa a adoptar todas las medidas porque si no "seremos nosotros mismos los que la denunciemos". Desde entonces, técnicos del IMV acuden diariamente a vigilar la obra y "hasta ahora no me han indicado que haya nada irregular".
Pero para el concejal de IU en el Ayuntamiento de Málaga Antonio Serrano no es suficiente que el IMV decida vigilar a la empresa "en lugar de rescindirle el contrato por haber incumplido la ley", por lo que advirtió de que pondrá los hechos en conocimiento de la Junta de Andalucía y la Inspección Trabajo para que tomen las medidas oportunas.
La peligrosidad de las fibras de amianto requiere que los trabajadores cumplan a rajatabla una serie de medidas para evitar cualquier riesgo. Por eso, siempre deben ir ataviados de unos monos de trabajo especiales y mascarillas en la cara de un solo uso, y no prolongar durante más de cuatro horas su exposición a las placas de fibrocemento.
Una vez que terminen su jornada laboral, los operarios están obligados a pasar por una cabina de descontaminación para eliminar cualquier resto de amianto que haya podido quedar adherido durante el desmantelamiento de las placas. Pero lo más importante es que sean retiradas sin ser fracturadas, ya que eso favorecería la dispersión del polvo en el ambiente. El riesgo que entraña para la salud fue lo que motivó a la UE a prohibir totalmente la comercialización y utilización de todas las variantes de amianto hace casi diez años. Fue a raíz de que estudios científicos constataran que este material está relacionado con la aparición de cáncer y numerosas enfermedades pulmonares hasta diez años después de haber sufrido la exposición.
Pero los vecinos de la zona aseguran que, a pesar de que el pasado viernes el Ayuntamiento de la capital paralizó la obra tras comprobar que algunos trabajadores de la empresa Retamero no cumplían con lo exigido por la ley, ayer se reanudaron los trabajos y "ninguno llevaba mascarilla ni ropa especial". Es la tercera vez que la asociación de vecinos Záncara pone en conocimiento del Ayuntamiento una situación que su presidenta, Rosa Meléndez, considera "irregular" y que se repite desde que en verano comenzaron los trabajos de la segunda fase de desmantelamiento de los antiguos edificios de García Grana.
Lo mismo ocurrió en 2004 cuando esta misma empresa, subcontratada también por el IMV para retirar los tejados de amianto de los primeros bloques que fueron demolidos en la zona, fue denunciada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ante la Fiscalía y la Inspección de Trabajo y sancionada con 35.000 euros por no cumplir con las medidas de seguridad que fija la ley para los trabajadores. El concejal de Vivienda, Diego Maldonado, aseguró que tras la denuncia del viernes se ha obligado a la empresa a adoptar todas las medidas porque si no "seremos nosotros mismos los que la denunciemos". Desde entonces, técnicos del IMV acuden diariamente a vigilar la obra y "hasta ahora no me han indicado que haya nada irregular".
Pero para el concejal de IU en el Ayuntamiento de Málaga Antonio Serrano no es suficiente que el IMV decida vigilar a la empresa "en lugar de rescindirle el contrato por haber incumplido la ley", por lo que advirtió de que pondrá los hechos en conocimiento de la Junta de Andalucía y la Inspección Trabajo para que tomen las medidas oportunas.
La peligrosidad de las fibras de amianto requiere que los trabajadores cumplan a rajatabla una serie de medidas para evitar cualquier riesgo. Por eso, siempre deben ir ataviados de unos monos de trabajo especiales y mascarillas en la cara de un solo uso, y no prolongar durante más de cuatro horas su exposición a las placas de fibrocemento.
Una vez que terminen su jornada laboral, los operarios están obligados a pasar por una cabina de descontaminación para eliminar cualquier resto de amianto que haya podido quedar adherido durante el desmantelamiento de las placas. Pero lo más importante es que sean retiradas sin ser fracturadas, ya que eso favorecería la dispersión del polvo en el ambiente. El riesgo que entraña para la salud fue lo que motivó a la UE a prohibir totalmente la comercialización y utilización de todas las variantes de amianto hace casi diez años. Fue a raíz de que estudios científicos constataran que este material está relacionado con la aparición de cáncer y numerosas enfermedades pulmonares hasta diez años después de haber sufrido la exposición.
