domingo, 13 de diciembre de 2009

El tráfico ensucia el aire de Málaga (Diario Sur)

El tráfico ensucia el aire de Málaga

13.12.09 - 02:45 -
Hace años que se acabó el mito de que Málaga no es una ciudad con contaminación. Obviamente, la urbe no sufre el dióxido de azufre que despiden las fábricas en Algeciras ni se ahoga literalmente con el dióxido de carbono de los coches que se dispara frecuentemente en Madrid, pero sí, como cualquier gran ciudad, tiene sus episodios puntuales de contaminación y en este caso están claramente asociados al aumento del tráfico rodado, ya que está aquejada por gases relacionados con esta actividad como el aumento de los niveles de partículas en suspensión. Esta polución, que provoca que la capital tenga 133 días con mala atmósfera al año, es imperceptible para el ojo humano como todos los gases contaminantes, pero aún así provocó que Málaga viviera episodios de alta contaminación uno de cada tres días del año pasado.
Estos son los datos que han medido las cabinas de contaminación atmosférica de la Junta en Carranque, el punto donde se recogen los niveles de contaminación del centro de la capital. Y lo cierto es que el resto de los días tampoco han sido tan óptimos como hace unos cuantos años, así los días buenos, es decir sin contaminación, sólo han llegado a ser nueve, y los admisibles (en los que hay cierta contaminación, pero sin importancia) han sido la mayoría, 198. Otros contaminantes como el dióxido de carbono, óxido de nitrógeno o el dióxido de azufre se mantienen bajos en Málaga. Y aunque en otros años, también se han registrado niveles altos del llamado ozono (03) que se forma por la insolación y el tráfico, este ejercicio sólo se han disparado sus niveles durante cuatro jornadas.
Pero, volviendo a las partículas, éstas son unos pequeñísimos materiales que proceden de varias fuentes como el tráfico, los vientos procedentes del Sahara, el polvo de las canteras, cementeras y el polen . En Málaga, los vientos que proceden del Sahara, obre todo en los meses de verano, provocan que en julio y agosto aumenten los días en los que se registran niveles altos de esta polución (en este caso pequeñísimos granos de arena que trae el aire cruzando el Estrecho).
Pero la realidad de Málaga es que, a excepción del verano, en el que se han producido episodios de vientos provenientes del Sahara 21 días, la mayor parte del año este contaminante se produce por la combustión de los coches. De hecho, un estudio del Ministerio de Medio Ambiente y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indica que las partículas en suspensión se producen por varios motivos, pero indica que entre el 40 y el 60% de las partículas en suspensión de las ciudades españolas se deben al tráfico urbano. Así que la producción de partículas en suspensión se debe, por tanto, en su mayor parte al tráfico, en concreto, un 30% de este material inferior a diez micras proviene del mineral que se desprende del pavimento cuando pasan los coches y un 30% lo produce la combustión de los motores de los automóviles. Otro 30% se forma a partir de la transformación de otros contaminantes gaseosos y tan sólo el 10% restante -que en Málaga podría ser un porcentaje algo mayor por su influencia a los vientos provenientes del Sahara-, se debe a fuentes diversas como canteras, las cementeras, el polen e incluso el polvo proveniente del desierto.
Su peligrosidad radica en que pueden llegar a constituir un aerosol que penetra en las vías respiratorias para fijarse en las paredes internas de los conductos alveolares, y las más pequeñas incluso pueden pasar a la circulación sanguínea, según indica un informe la Consejería de Medio Ambiente.
Hoy día los científicos consideran que las partículas en suspensión son el problema de contaminación ambiental más severo por sus graves afecciones al tracto respiratorio y a los pulmones, según explica Ecologistas en Acción. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que las partículas contribuyen a aumentar las enfermedades respiratorias como la bronquitis y agravan los efectos de otras enfermedades cardiovasculares.
Cómo se acumulan
Uno de los principales motivos por los que Málaga ha notado con más fuerza este año el contaminante partículas en suspensión es por la escasez de lluvias. Las precipitaciones provocan que estos pequeños materiales se decanten; es decir, se vayan al suelo y de ahí a las alcantarillas; así que el dicho de que la lluvia limpia la atmósfera es totalmente cierto.
Y aunque es de sobra conocida la capacidad del mar para actuar como sumidero de la contaminación atmosférica, el hecho de que Málaga empiece a convertirse en una gran ciudad no juega a su favor, ya que el tráfico es uno de los principales contaminantes de las grandes urbes junto con las calefacciones (todavía no muy extendidas en la capital) y las fábricas (que aquí escasean).