domingo, 27 de septiembre de 2009

El dilema de la grúa municipal (La Opinión de Málaga)

El dilema de la grúa municipal

La decisión del Ayuntamiento de Málaga de eliminar los policías para retirar coches está teniendo una suerte dispar en otras ciudades. En Granada un juez la ha paralizado, en Sevilla está frenada, en Barcelona se aplica con limitaciones y en Madrid funciona, pero pendiente de los juzgados

 
 
 

JAVIER GARCÍA RECIO. MÁLAGA El nuevo procedimiento que el Ayuntamiento de Málaga quiere implantar para que la grúa municipal retire de la vía pública a los vehículos que infringen el código de la circulación, se ha establecido también o se quiere aplicar en otros municipios de España, aunque con resultados dispares.
El nuevo método supone la desaparición de la presencia física de los policías locales que acompañan a los operarios de la grúa. Estos, a partir de ahora, cuando observen un vehículo que obstruya la circulación realizarán diversas fotos por medio de una agenda electrónica PDA que enviarán a continuación al grupo de grúas de la Policía Local para que finalmente un agente decida o no la retirada del vehículo que deberá hacer el gruista. Además, éste deberá acometer otras funciones como la identificación de vehículo y del propietario, así como atender el tráfico si fuese necesario.
Este procedimiento ha tenido suerte dispar en cada ayuntamiento donde se ha intentando implantar. Los gobiernos municipales que defienden su aplicación alegan dos razones, fundamentalmente: el avance de las nuevas tecnologías que hace posible su uso al servicio del interés ciudadano y que los policías que hasta entonces se ocupaban de la grúa quedan liberados para prestar otros servicios más acordes con la seguridad ciudadana.
Lo cierto es que en Málaga la decisión de implantar el nuevo sistema prescindiendo de la presencia física de los policías ha levantado el malestar y la crítica de los operarios de la grúa, adscritos a la empresa Sociedad Municipal de Aparcamientos y Servicios (Smassa) y de los propios policías locales. Los primeros porque entienden que deberán hacer funciones de la Policía Local que no les corresponden y que al ir solos pueden verse en peligro en alguna ocasión. Los policías, porque entiende que la decisión de retirada del vehículo sólo puede hacerlo un agente de la autoridad.